domingo, 11 de noviembre de 2012

EL ESTUDIO DE GRABACIÓN. CAPÍTULO 13.

Casi en el mismo instante en que me tumbé en la cama, los ojos se me cerraron. Dormí plácidamente hasta tarde. Demasiado tarde.
-¡Oh, River! ¡Llego tarde al hotel!- grité mientras me ponía los zapatos y corría hacia al salón, para descubrir que allí no estaba él, sino la mujer que abrió la ventana el día anterior, cuando mi bolso quedó atrapado en el alféizar. Inmediatamente se levantó para presentarse.
-Buenos días, Cristina. River me ha contado esta mañana todo lo ocurrido en los días anteriores. Soy su madre.- tenía los ojos azules, como River. Y era guapa, muy guapa, aunque las arrugas de sus ojos revelaban que ya no era una jovencita.- Me llamo Norma, aunque mucha gente me llama Marilyn. Pero yo no tengo nada en común con la bellísima Monroe.- se rió, dejando ver unos dientes perfectos.
-Claro que no. Usted es más guapa.- sus ojos azules brillaron, y me miró como si fuera una locura lo que acababa de decir, para después empezar a reírse de nuevo.
En ese momento llegó River, y yo recordé lo tarde que era.
-¡River, tengo que irme ya! Me había citado con la directora y...
-Shhh... -dijo poniéndome su dedo índice sobre los labios.- Tengo una sorpresa para ti, pero tendrás que confiar en mí y acompañarme. Y no te preocupes, que ya he hablado con la directora, y la he convencido para que puedas pasar conmigo todos los días que te quedan en Nueva York.
No me lo podía creer. Casi dos semanas con River. Haciendo con él lo que quisiera. Rápidamente me lancé a sus brazos para darle un beso en los labios.
-Bueno, tenías una sorpresa para mí, ¿no?- le dije mientras le cogía la mano. Me sonrió y salimos del hotel riendo, no sin antes decirle un "adiós" atropellado a Norma.
Había una limusina aparcada delante del hotel. Abrí los ojos de par en par.
-River, ¿estoy viendo una limusina?- le dije aún sorprendida.
-La he alquilado para que nos lleve hacia tu sorpresa.- dijo mientras me abría la puerta para que entrara.
-¿Champagne?- me preguntó mientras sacaba una botella de la nevera.
-Esto tiene que ser un sueño- dije riendo mientras cogía una de las copas que me tendía.
-Digamos que es un sueño hecho realidad.- él también reía.
-¿Pero a dónde vamos?- le pregunté mientras bebía un poco de mi copa de champagne.
-Ya te lo he dicho. Es una sorpresa.
Le sonreí, y dejé mi copa encima de la nevera para acurrucarme junto a él. Poco a poco, fui cerrando los ojos hasta quedarme dormida.
-Ya hemos llegado.- me susurró al oído. Acto seguido, me tendió su mano para ayudarme a salir de la limusina.
Lo que había en frente de nosotros me dejó boquiabierta. Se trataba de un estudio de grabación profesional.
-Te lo prometí.-miré a River fijamente a los ojos, aún sorprendida.- ¿Qué te parece un dúo conmigo?
-Yo, yo, yo...-simplemente me lancé a sus brazos, para después besarle en los labios.
Cuando entramos al edificio, River le explicó a la secretaria que tenía concertado grabar una canción.
-¡River! ¡Qué sorpresa verte por aquí!- acababa de aparecer por la puerta de entrada un hombre trajeado.- A quien no veo es a James.
Me acordé de James. Gracias a él, conocí a River. Lo echo de menos.
-Hola, Jimmy.- se dieron la mano.- Pues esta vez no vengo con James, sino con una chica muy especial. Te presento a Cristina.
Me acerqué y le dediqué una sonrisa.
-Encantado, yo soy Jimmy, el propietario de todo lo que hay en este edificio.-dijo riendo.
-No me rompas el corazón.-me dijo River cuando entrábamos dentro de la sala de grabación.-le miré extrañada.- Don't go breaking my heart.
Enseguida le comprendí. Íbamos a cantar la famosa canción de Elton John y Kiki Dee.






                               

sábado, 8 de septiembre de 2012

BAJO LA LUZ DE LA LUNA. CAPÍTULO 12.

Abrí los ojos lentamente. Inmediatamente me di cuenta de que no estaba en mi habitación de hotel de las noches anteriores. La cama en la que me encontraba tumbada era bastante cómoda, pero los nervios de no saber dónde estaba me impidieron disfrutarla por más tiempo. Me levanté intentando no hacer ruido. Estaba descalza, vi mis zapatos al lado de la cama. Pero el suelo estaba cálido. Había una puerta que daba a una terraza, y estaba abierta. Por ahí entraba la suave luz de la luna. Salí, y miré la calle desde el balcón. Me resultaba familiar lo que veía. Y entonces recordé que aquella tarde había estado allí. Se trataba del hotel donde se alojaba River. Había otra puerta en la terraza, y estaba también abierta. Allí se encontraba River, durmiendo en un sofá. Me puse de rodillas, y le di un suave beso en la mejilla.
-¿Cristina?- se acababa de despertar.
-¿Me puedes explicar que hago aquí?- le pregunté riendo.
Se sentó, y con un movimiento de cabeza me indicó que me pusiera a su lado. Rápidamente me acomodé en aquel mullido sofá.
-Verás...- empezó a explicarse.- Cuando viste a la directora de tu instituto te desmayaste. Ella no quería que te vieran tus compañeros para que no hubiera un ataque de nerviosismo o algo así. Aunque creo que el ataque lo tuvo ella. Yo le dije que podía traerte aquí, y Lucy me ayudó a convencerla. Pero con la condición de que mañana estés allí lo más pronto que puedas.
-Interesante historia- la verdad es que no le había prestado mucha atención.- Vamos, ven conmigo.
Tiré de su brazo, mientras corría hacia la terraza.
-¿No crees que aquí estaremos más cómodos?- le sonreí.
Nos sentamos en el suelo, uno junto al otro.
-Mañana voy a un estudio de grabación, y me encantaría que vinieras. Si te dejaran, claro.- al mirarme, me perdí en sus ojos azules una vez más. Esta vez sin nervios. Me dio un suave beso en los labios, pero ahora ya no noté ninguna tensión, como en las veces anteriores.
Estuvimos charlando bajo la luz de la luna sin preocuparnos lo que podría pasar al día siguiente.
-Me encantan tus ojos, ¿sabes? Azules, como los de Ringo Starr.
-Será el único parecido que tenga con él.- me contestó riendo.
-Bueno, yo creo que te pareces más al actor River Phoenix. ¿Tus padres te llamaron como él adrede?
-Puede que me llamaran así por el actor, o simplemente porque eran hippies.- entonces fui yo la que empezó a reírse.
-Claro, y escogieron "River" por tus ojos. Azules como el agua de un río.- Después de que terminaran nuestras risas, River miró su reloj.
-Cristina, creo que deberías acostarte ya si mañana quieres estar viva. Tienes que estar en... ¿cómo se llamaba el hotel donde te alojabas?
-Se llama "Moon Hotel". Y ya sé que tengo que estar allí temprano, pero me lo estaba pasando tan bien...- me levanté y le di un beso en la mejilla antes de entrar al dormitorio.- Buenas noches.


lunes, 9 de julio de 2012

DEBAJO DE AQUEL ÁRBOL. CAPÍTULO 11.

Anduvimos callados, sin saber qué decir, hasta que llegamos a un parque. Ya había anochecido, esa zona no estaba especialmente alumbrada, y allí no había prácticamente nadie, exceptuando a un matrimonio que daba un paseo con su hijo pequeño.
-Ven. Nos sentaremos debajo de aquel árbol.- me dijo River. Por fin alguien había hablado. Odiaba esas situaciones tensas.
Le seguí, y nos sentamos donde él había señalado antes.
-River...- me apartó el pelo de la cara, y apoyé la cabeza en su hombro.- Me matarán cuando llegue al hotel, ¿sabes?
-¿Y eso por qué? -me preguntó riendo.
-Porque la directora de mi instituto me había dicho que si salía hoy me expulsaría.
-¿Y por qué has salido?- noté que se había puesto serio.
-Quería estar contigo.- nos miramos a los ojos. Poco a poco fuimos acercando nuestros rostros hasta darnos un suave beso en los labios.
Sentí como mis mejillas se coloreaban de rojo, y cuando miré a River me di cuenta de que seguramente a él le pasaba igual. Entonces me empecé a reír. No podía parar. Tampoco sabía cuál era el motivo de tanta risa, pero me sentía bien. River me siguió, y las pocas personas que pasaban por allí se quedaban mirando extrañados a dos jóvenes tirados por los suelos, riendo sin motivo alguno.
-Me gusta tu voz.- me dijo cuando terminamos ese "jajaja" que parecía no tener fin.
-¿Qué?- no sabía por qué me decía aquello.
-Me refiero a que cantas genial.- le sonreí.- Un amigo mío tiene un estudio de grabación. Me encantaría que mañana grabásemos juntos una canción.
-¿En serio?- no me lo podía creer. Me lancé a sus brazos, entusiasmada por lo que acababa de decirme.
Me empezó a sonar el móvil. Lo saqué rápidamente del bolsillo de mis vaqueros.
-Es Lucy.- me preocupé por si había pasado algo malo.
-Cristina, ¿se puede saber dónde estás?- hablaba tan alto que seguramente lo escuchó también River.
-Lucy, tranquilízate. Estoy en... un parque, creo.- la verdad es que no sabía muy bien dónde estaba.
-¿Crees? La directora ya ni siquiera está enfadada. Está muy asustada. Cree que te han secuestrado o algo así.- eso sí que era gracioso. Me empecé a reír.- ¿Y encima te hace gracia? Cristina, será mejor que vuelvas ahora mismo.
-Está bien, tranquila.- le colgué. La verdad es que era bastante preocupante. Intenté alejar de mí los pensamientos negativos.
-Te llevaré al hotel.- me dijo River al verme temblar.
Caminamos callados. Cuando ya estábamos cerca de mi destino, le abracé.
-Espero sobrevivir a esto.- dije riendo y llorando a la vez.
Estaba a punto de decirme algo cuando Lucy apareció corriendo.
-¡Cristina! ¡Estás bien!- me abrazó con fuerza. Después se fijó en él.- Así que tú eres el famoso River, ¿eh?
-Y tú eres Lucy, ¿no?- los tres sonreímos, olvidando en ese breve instante el gran problema de mi posible expulsión.
-Vaya, así que estabas aquí.- la directora se acercaba peligrosamente hacia nosotros.
Las piernas me temblaban, y la vista se me empezó a nublar, mientras la oscuridad me envolvía por completo.