lunes, 9 de julio de 2012

DEBAJO DE AQUEL ÁRBOL. CAPÍTULO 11.

Anduvimos callados, sin saber qué decir, hasta que llegamos a un parque. Ya había anochecido, esa zona no estaba especialmente alumbrada, y allí no había prácticamente nadie, exceptuando a un matrimonio que daba un paseo con su hijo pequeño.
-Ven. Nos sentaremos debajo de aquel árbol.- me dijo River. Por fin alguien había hablado. Odiaba esas situaciones tensas.
Le seguí, y nos sentamos donde él había señalado antes.
-River...- me apartó el pelo de la cara, y apoyé la cabeza en su hombro.- Me matarán cuando llegue al hotel, ¿sabes?
-¿Y eso por qué? -me preguntó riendo.
-Porque la directora de mi instituto me había dicho que si salía hoy me expulsaría.
-¿Y por qué has salido?- noté que se había puesto serio.
-Quería estar contigo.- nos miramos a los ojos. Poco a poco fuimos acercando nuestros rostros hasta darnos un suave beso en los labios.
Sentí como mis mejillas se coloreaban de rojo, y cuando miré a River me di cuenta de que seguramente a él le pasaba igual. Entonces me empecé a reír. No podía parar. Tampoco sabía cuál era el motivo de tanta risa, pero me sentía bien. River me siguió, y las pocas personas que pasaban por allí se quedaban mirando extrañados a dos jóvenes tirados por los suelos, riendo sin motivo alguno.
-Me gusta tu voz.- me dijo cuando terminamos ese "jajaja" que parecía no tener fin.
-¿Qué?- no sabía por qué me decía aquello.
-Me refiero a que cantas genial.- le sonreí.- Un amigo mío tiene un estudio de grabación. Me encantaría que mañana grabásemos juntos una canción.
-¿En serio?- no me lo podía creer. Me lancé a sus brazos, entusiasmada por lo que acababa de decirme.
Me empezó a sonar el móvil. Lo saqué rápidamente del bolsillo de mis vaqueros.
-Es Lucy.- me preocupé por si había pasado algo malo.
-Cristina, ¿se puede saber dónde estás?- hablaba tan alto que seguramente lo escuchó también River.
-Lucy, tranquilízate. Estoy en... un parque, creo.- la verdad es que no sabía muy bien dónde estaba.
-¿Crees? La directora ya ni siquiera está enfadada. Está muy asustada. Cree que te han secuestrado o algo así.- eso sí que era gracioso. Me empecé a reír.- ¿Y encima te hace gracia? Cristina, será mejor que vuelvas ahora mismo.
-Está bien, tranquila.- le colgué. La verdad es que era bastante preocupante. Intenté alejar de mí los pensamientos negativos.
-Te llevaré al hotel.- me dijo River al verme temblar.
Caminamos callados. Cuando ya estábamos cerca de mi destino, le abracé.
-Espero sobrevivir a esto.- dije riendo y llorando a la vez.
Estaba a punto de decirme algo cuando Lucy apareció corriendo.
-¡Cristina! ¡Estás bien!- me abrazó con fuerza. Después se fijó en él.- Así que tú eres el famoso River, ¿eh?
-Y tú eres Lucy, ¿no?- los tres sonreímos, olvidando en ese breve instante el gran problema de mi posible expulsión.
-Vaya, así que estabas aquí.- la directora se acercaba peligrosamente hacia nosotros.
Las piernas me temblaban, y la vista se me empezó a nublar, mientras la oscuridad me envolvía por completo.