jueves, 3 de mayo de 2012

UN NUEVO PERSONAJE EN MI VIDA. CAPÍTULO 6.


Intenté dormir, pero en ese momento me parecía imposible. Me dispuse a ir a la habitación de Lucy. Pensé que no le importaría que la despertara, ya que al no haber clase, no teníamos que madrugar al día siguiente. Crucé furtivamente el pasillo y abrí cuidadosamente la puerta de su dormitorio.
-Lucy, despierta...- le susurré al oído. Tuve que taparle la boca, porque al abrir los ojos estuvo a punto de gritar.
-Tranquila, soy yo...- le quité la mano de encima y me tumbé a su lado.- No podía dormir, y tengo que contarte algo impresionante que me ha pasado.- entonces Lucy abrió los ojos como platos y se me tiró encima.
-¡Tienes que contármelo todo! ¡¿Dónde ibas con James?!- de nuevo tuve que taparle la boca.
-Tsss. ¿Quieres despertar a todo el mundo?- de repente llamaron a la puerta. Temía que fuera algún maestro, pero era peor. Se oyó la voz de la directora en el pasillo.
-Lucy, ¿estás ahí?- en un acto reflejo, salté de la cama y me escondí debajo de ella. Justo después entró la directora.
-Emm... -Lucy se había quedado sin saber qué decir, pero enseguida se le ocurrió algo.- Perdón, señora. Es que tenía una pesadilla y por eso estaba gritando. Pero gracias a usted ya me encuentro mejor. Muchísimas gracias, y ahora, si no le importa, me gustaría volverme a dormir.- vi como la directora miraba con desconfianza la habitación, pero, sin decir nada, acabó marchándose.
Salí de debajo de la cama, y con el corazón latiendo con fuerza, volví a tumbarme.
-Perdón.- dijo Lucy, hablando ya bajito. 
-Menos mal que no me ha visto.- poco a poco me tranquilicé de nuevo, y le conté a Lucy todo lo que me había pasado con James.
-¡Qué suerte que tienes! ¡No me lo puedo creer!- otra vez la tenía encima de mí, y tuve que pegarle un pequeño empujón para que se apartara. La verdad es que tenía razón. Era increíble.
Al final acabé durmiéndome. Cuando me desperté, Lucy aún dormía plácidamente. Me dispuse a levantarme para ir a mi habitación y cambiarme para el desayuno, pero me caí en la cama del susto, cuando vi que había alguien sentado en un sillón de la habitación. Adivinad quién era.
-¡James! ¿Qué haces aquí? Me has dado un susto de muerte...- se levantó del sillón, y me dijo que le siguiera.
-¿Pero adónde vamos? No sé si te has dado cuenta, pero estoy en pijama.- le dije cuando ya habíamos salido de la habitación y avanzábamos hacia el ascensor.
-Sí, me he dado cuenta, y estás preciosa.
-Oh, gracias.- solté una risita nerviosa.- ¿Pero cómo has sabido que estaba en la habitación de Lucy?
-Fui a tu habitación, pero vi que no estabas. Imaginé que estarías en la de tu amiga, así que pregunté en recepción dónde estaba, poniendo la excusa de que iba a llevarle un autógrafo a la chica que allí se alojaba.- en ese momento entramos al ascensor.
-¡Qué ingenioso!
Llegamos a la planta baja y salimos al jardín, no sin antes percatarnos de la mirada curiosa de la recepcionista. Estaba segura de que era por mi atuendo.
-¿Dónde me llevas?- pregunté intrigada.
-Tengo una canción, y la he compuesto pensando en ti.- estaba perpleja.
-Tú debes ser Cristina, ¿verdad?- había otro chico en el jardín. Llevaba una guitarra. Me di cuenta de que era bastante guapo, y tenía una sonrisa preciosa.
-Emm... sí. Y tú eres....- entonces James nos presentó.
-Cristina, este es River. Me ayuda muchas veces con la parte instrumental de mis canciones.- River, incluso su nombre era precioso.
-Encantada de conocerte.- nos sonreímos.
Entonces, comenzaron a cantarme la canción que había compuesto James.
-Te mereces un abrazo.- y me lancé a sus brazos como muestra de agradecimiento por lo que acababa de hacer por mí.- Muchas gracias, en serio.
-De nada. Me alegro de que estés tan contenta. Bueno, os dejo solos. Yo me tengo que ir a hacer las maletas. Toca cantar en otro sitio. Me alegro de haberte conocido, Cristina. Adiós.- me dio un beso en la mejilla y se alejó.
-¡ADIÓS! ¡MUCHAS GRACIAS POR TODO!- vociferé cuando ya estaba al lado de la puerta que conducía a la recepción. Ojalá lo volviera a ver pronto.
Me di cuenta de que estaba a solas con River. Estuvimos hablando al menos durante una hora. Él también era un gran fan de los Beatles.
-Cristina, ¿quieres venir conmigo al baile que hay esta noche en el local de al lado del hotel?- dijo cuando estábamos a punto de separarnos. No me lo podía creer. Era de película.
-Claro que iré contigo.- le sonreí.
-Si te parece bien, quedamos a las nueve de la noche en la recepción.
-Me parece estupendo. Nos vemos esta noche.- entonces, como un momento antes había hecho James, me dio un beso en la mejilla. Pero el suyo, no sé por qué, me pareció mucho más dulce.
-Adiós, Cristina.- se fue, y yo me quedé sola y en pijama en aquel jardín, sintiendo con fuerza aquel beso.

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